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Premio Nobel de Química

José Mario Molina Pasquel, fue uno de los personajes más importantes para la industria del aerosol, por ser uno de los principales investigadores de la química atmosférica. Gracias a su trabajo, los aerosoles ya no se producen con los gases que destruyen la capa de ozono. (CFC)

Nació en la Ciudad de México en 1943. Fue ingeniero químico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México e hizo un posgrado en Alemania. Además, recibió un doctorado en Fisicoquímica en California, Estados Unidos.

En 1974, Mario Molina y Frank Sherwood Rowland publicaron un artículo en el que demostraban que los gases de clorofluorocarbonos (CFC) tienen un efecto dañino sobre el ozono en la atmósfera. El descubrimiento fue preocupante ya que nuestra capa de ozono brinda protección contra la radiación ultravioleta dañina que llega a la superficie de la tierra.

 

En 1985, los científicos descubrieron un agotamiento dramático de la capa de ozono sobre la Antártida: el agujero de ozono. Gracias al trabajo pionero de Molina y Rowland, junto con su compañero Paul Crutzen, se introdujo el Protocolo de Montreal, que prohibió el uso de los CFC en todo el mundo. La industria cambió los mecanismos con los que funcionan las neveras y la población comenzó un camino hacia la metodología del cuidado del aire y del medio ambiente, que permanece cambiante y avanza 30 años después. La atmósfera se ha recuperado lentamente desde entonces. Por esta investigación, el Dr. Molina y Rowland se hicieron acreedores del Premio Nobel de Química en 1995.

LOS HALLAZGOS DEL QUÍMICO MEXICANO, SOBRE LA EMISIÓN DE GASES EN LA ATMÓSFERA CAMBIARON EN UN PAR DE DÉCADAS A INDUSTRIAS ENTERAS Y LOS HÁBITOS DE MILES DE MILLONES DE PERSONAS EN TODO EL PLANETA.

Su influencia por la química, la recibió por parte de una tía hermana de su padre quien era química de carrera y le enseñaba a hacer algunos experimentos caseros. En una ocasión, Molina contó en una entrevista que de pequeño llenaba un baño de la casa con matraces, probetas, mecheros y microscopios. Al concluir con sus estudios de bachillerato, se inscribió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la carrera de ingeniería química. Después completó su educación en la Universidad de California en Berkeley con un doctorado y se quedó en Estados Unidos para seguir con su investigación. Su trabajo inició como científico y luego se interesó por los problemas ambientales ocasionados por las actividades humanas.

Cuando Mario Molina ganó el premio Nobel, México sumó su tercer galardón: el primero fue de Alfonso García Robles, que ganó el galardón en 1982 por las negociaciones de desarme de las Naciones Unidas y el segundo fue para Octavio Paz, por Literatura en 1990.

El científico reconoció en varios momentos de su vida que la mayor lección de su descubrimiento no tuvo que ver con la ciencia, sino con la capacidad de comunicar sus hallazgos al mundo. En 2004, fundó el Centro Mario Molina, que ha desempeñado un papel relevante en la reducción de las emisiones de contaminantes en Ciudad de México. En los últimos años, su trabajo se centró en promover la divulgación científica sobre el cambio climático. 

Por ocho años fue parte del consejo de asesores científicos del expresidente estadounidense Barack Obama y fue un impulsor del Acuerdo de París de 2016, en el que una buena parte de países se comprometieron a reducir sus emisiones de contaminantes. Obama le entregó en 2015 la Medalla de la Libertad por sus aportaciones.

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